La portada nos advierte. No nos vamos a encontrar grandes artificios. Sólo un minimalismo bastante elegante. No hay ni rastro de la cara de la cantante, sólo el título y su nombre sobre un fondo negro. O bien es descuido, o se trata de una declaración de intenciones. Ella Yelich O'Connor (el nombre real de Lorde) lo responde en los primeros diez segundos del disco, en la canción
Tennis Courts: "Bien, estoy aburrida". Más adelante dice que "es una nueva forma de arte, demostrar lo poco que nos importa" sobre una base hip-hop suave y una melodía que por momentos recuerda bastante a Lana Del Rey, medio rapeando las estrofas y formando una especie de espiral casi tan inquietante cómo su vídeo. Una niña con la cara pintada de blanco nos observa fijamente desde la oscuridad, sin mover en absoluto los labios excepto para decir
yeah, ladeando la cabeza y cerrando los ojos para luego volverlos a abrir y postrar una mirada completamente negra cómo un agujero negro. Sí, cierto, ya. Puede resultar bizarro, pero engancha terriblemente y su propia extrañeza nos deja con ganas de más.
400 Lux sigue más o menos en la misma línea, algo más calmada, a juego con los monótonos suburbios dónde se narra la canción. La verdad es que las letras de todo disco se localizan en ése paisaje aburrido e igual todo el rato, dónde a veces encuentra la felicidad en una adolescencia bastante calmada. Después llega
Royals. Una de las canciones más alabadas y escuchadas del año, dónde ya dimos su veredicto
aquí, que recoge toda la esencia del disco tanto líricamente como a nivel sonoro, que da la sensación de ser un clásico instantáneo. Al concluir, le sigue
Ribs. Resulta muy extraña, pero el ritmo electrónico suave, muy muy suave, y la letra que muestra las inquietudes de crecer (no en vano, es una canción proveniente de una niña que todavía está en el instituto con 17 años recién cumplidos) formando de nuevo un efecto algo hipnótico pero delicado y demasiado maduro para su edad- en el buen sentido.
Buzzcut Season supone también uno de los puntos más fuertes del disco. La letra resulta algo ambigua- cosa que la hace mejor aún, al dar pie a múltiples interpretaciones- pero parece que trata de la falsa felicidad e ignorancia juvenil contrastando con la triste realidad global. Todo ello acompañado de un piano dulce y unas estrofas que poco a poco se elevan y se expanden en un eco que bien puede ser desesperación, euforia o preocupación... "Vivo en un holograma contigo". La segunda mitad del disco es más o menos más de lo mismo, y puede llegar a cansar, pero no decae en absoluto.
Team es como la balada del disco y es un homenaje a las ciudades que jamás salen en las series y de ésa
adolescencia invisible que los medios ignoran.
Still Sane y
White Teeth Teen resultan anodinas aunque no llegan resultar malas del todo y ofrecen buenos arreglos instrumentales.
Glory and Gore es la más electrónica del disco, y habla de una lucha continua de "gladiadores" buscando la fama, todo con un ritmo que recuerda bastante a los empleados por
Lizzy Grant. La canción que cierra el disco,
A World Alone, incluye unos sutiles punteos de guitarra bastante resultones. El "Let'em talk" que lo concluye también resulta arrollador.
Pure Heroine puede que no sea la perfección, porque tiene sus fallos, pero resulta un trabajo interesante, fresco y diferente, narrando una adolescencia real con letras cínicas y dejes elegantes en una voz joven que parece albergar muchos más años.
Puntuación final: 7/ 10
Lo mejor: Royals, Tennis Courts, Buzzcut Season, Team, Ribs
Lo peor: Puede llegar a aburrir, y no emocionar en bastantes pasajes.