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lunes, 12 de mayo de 2014

Playlist: Goodnight






Playlist de nuevo. He tratado de ordenar las canciones como si de un álbum se tratase; canciones con un punto oscuro y borroso unido a otro más luminoso. Como la luna.

Do I Wanna Know?- Arctic Monkeys: no es que tenga un sonido precisamente bonito, pero con ése hipnótico estribillo, ésa atmósfera de rock de los 70 y la melodía definida y original me ha cautivado. Es original, oscura pero llena de vitalidad y, otra vez más, enganchosa. El falsete del estribillo se queda grabado en la cabeza, insistentemente. Evoca imágenes de humo, de desconcierto y atracción, siendo irresistiblemente contundente.

Afterlife- Arcade Fire: en un principio me pareció recargada, demasiado teatral y excesiva. Histriónica. A la segunda escucha, me fascinó. Suena diferente, los instrumentos están perfectamente colocados y la voz de Butler está llena de emotividad, pero a la vez resulta increíblemente animada, bailable e indudablemente pegadiza. Los coros de Régine le acaban de dar el punto místico que ya tiene de por sí la esencia de la canción, con ése título y la letra llena de referencias al mito de Orfeo y Eurídice. Por alguna razón la tuve en replay mentalmente durante una semana.

Bad Blood- Bastille: con un vídeo inquietante en la línea del de Pompeii o Of The Night -podrían perfectamente hacer películas de terror basadas en ellos- la canción tiene un puntito tropical -de hecho, reggae- y electrónico añadido al pop-rock de la banda, que la hacen original y fresca. Trae reminiscencias de finales de verano, de calor agobiante, de estampado de palmeras y de a su vez una desesperación inquietante. Al menos es lo que me sugiere, supongo que a causa del vídeo. En serio da mal rollo.

Mary- Nightmare Boy: canción larga como ella sola. Es folk, tranquila, dulce, ideal para cerrar los ojos y pasearse por un extraño mundo etéreo... Hecho con trozos de vídeo antiguo y un cowboy. La melodía es suave y diluida. La describiría como acogedora si no fuese por la bruma que parece envolver todo el sonido, y la no muy optimista letra, pero resulta curiosa y agradable, atribuida a la extraña voz grave de Barrie.

Crises- Mike Oldfield: veinte minutos de canción. Un inicio luminoso y tranquilo, que desemboca en pasajes mucho más ruidosos y distorsionados para después volver a la calma. Es onírica y parece seguir las fases de la luna, de la conciencia, de la locura. Es una pieza compleja y larga, pero que resume dos caras en una sola de una manera genial.

Eclipse- Pink Floyd: "There is no dark side of the moon really, matter in fact is all dark": con esta frase acaba Dark Side Of The Moon, aludiendo a la mítica cara invisible de la luna. La que nunca vemos, la que nunca toca el sol, la que más cráteres tiene. ¿Pero acaso la cara luminosa deja de ser menos oscura? Una metáfora que concluye una gran canción psicodélica de un gran álbum.






sábado, 21 de septiembre de 2013

La luna


La luna se desvanece en el amor. Resplandor dorado. Desaparece, asustada de los latidos de su corazón. El mundo continua brillando, ajeno, bailando frenéticamente. No hay lágrimas para quién una vez fue la más bella del cielo nocturno. Una imagen del pasado, olvidada. Con su apariencia perlada, se deja devorar por la oscuridad infinita, que le besa, mientras le dice que es un ángel. Un ángel abandonado en la penumbra. Aúlla, a la vida idealizada, que cómo a un juguete la dejó, sola en el alma de la madrugada. Sus gritos la guían, sin ellos, más perdida estaría, en la noche sin luz, ni sin sombras. Cae por los caídos, ruega para no caer. Las estrellas, pequeñas y vanidosas, hablan sin parar, hablan reluciendo, en el perezoso azul del cielo desvelado. Ella antes las acompañaba, pero ahora camina sola, por las calles que le miran, ésos pasos felinos, ésa mirada implorante. Se despierta con el sol, viejo amigo, que también la selló en el olvido. Hora tras hora, avanza en una vida que jamás esperó. Sin palabras, un sueño no vivido, la realidad más triste. Le grita al cielo que le devuelva lo que era suyo, su vida de piedra, gris, eterna y fría suspendida en la eternidad. Sin más ruge, bajo el hueco de su lugar, aquel lugar que solía ocupar. El firmamento en su ausencia, la sume en una pesadilla, que en realidad fue toda su vida, oculta tras un sueño, humana es, delirando por el resplandor dorado.