"El aroma a incienso llenaba el aire. Mil velitas iluminaban la estancia con su dorado resplandor. La luz de la luna se filtraba a través de las cortinas. El agua de la bañera tenía pétalos de rosa flotando, pétalos que se había procurado tiempo atrás pensando en una ocasión cómo ésa. "Esta noche voy a dormir aquí" pensó. Miraba como el grifo reflejaba la luz de las velas. El incienso olía demasiado fuerte. La temperatura del agua iba disminuyendo en ésa noche de invierno. Le castañeaban los dientes. "La cama está más calentita". Se fue a la cama. En la penumbra, estaba insomne. "Con lo que había tardado en preparar todo éso, y las ganas que tenía...". Pensando y pensando, se quedó dormida entre las cálidas mantas y con los suaves calcetines para resguardarse del frío que acechaba fuera de la cama, para despertar y observar la nieve mientras se toma leche calentita... "
Escribo esto porque en invierno se duerme mejor que en verano. Se está tan calentito durmiendo... Ahora también se está calentito, pero con la humedad que se engancha en la piel, los mosquitos, y la costumbre de taparse con la sábana a pesar del bochorno... No es lo mismo.
Cosas mías.
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